por Gastón Doval
En las últimas semanas todo dio un giro hacia lo inesperado. Los dueños del Grupo Marsans, Gonzalo Pascual Arias y Gerardo Díaz Ferrán comandaron las negociaciones con el Gobierno Argentino para llegar a un acuerdo con éste y así deponer sus tan anunciadas acciones legales por la expropiación de Aerolíneas Argentinas S.A. y Austral Líneas Aéreas-Cielos del Sur S.A., ambas dentro del consorcio Interinvest S.A.
Durante la última visita de la Presidente de la Nación a España todo terminó de cocinarse en la mesa de negociaciones entre el Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y los dueños de Marsans.
El acuerdo original, tenía al Gobierno Nacional peleando por la incorporación de los Airbus A330-200 que el Grupo Marsans había pedido a Airbus en Junio de 2007 y de los cuales 6 iban, originalmente como medida de presión y negociación con los sindicatos, para Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, todo dio un giro hacia lo inesperado. Ante la inminente incorporación de los 737-700 provenientes de diferentes aerolíneas europeas más 2 (que serían) comprados por el Gobierno, el Grupo Marsans vio la oportunidad de incorporar al acuerdo algunos de los aviones de la familia A32S, la competencia del Boeing 737.
Aunque resistente a esta última idea, el Gobierno quiso dar un final rápido a la telenovela con el Grupo Marsans. La visita de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner fue el determinante para ceder ante las demandas de los empresarios españoles. Por más necesitada de aviones que esté Aerolíneas, está sobredicho que este acuerdo es más político que operativo.
La negociación llevó a Aerolíneas a poner en "stand-by" su pedido por los diversos 737-700 anteriormente mencionados. Si se cancelan, esto conllevaría una multa bastante alta.
El acuerdo por el traspaso sería firmado (según el Cronista Comercial) durante el transcurso de esta semana, con lo cual se haría el traspaso de acciones a manos del Gobierno Nacional pero que NO incurrirá en un cambio en la razón social de la empresa.
Ya cerrado, el acuerdo incluiría (aún sin confirmar) 25 aviones de la familia A320 (A319, A320) y 5 aviones más de la familia A330, para las rutas de larga distancia, sobre todo las regionales y continentales. Si bien esta es una adquisición grande, no alcanza para cubrir las necesidades de las dos aerolíneas pues entre ambas flotas de 737 y MD80, totalizan alrededor de 54 equipos. Eso hace pensar que los que permanecerán un tiempo más en la flota serán los 737-500. Para Austral, se está buscando una solución intermedia, que incluría los Embraer E170 y E190, de los cuales habría 3 disponibles a corto plazo dado que los primeros slots de producción disponibles se encuentran a 2 años de distancia.
Aún habiendo tenido el acuerdo cerrado con GECAS y Boeing con los 737-700, el Gobierno decidió parar todo para poder ubicar los aviones dentro de un ámbito operativo claro para mejorar el management de la flota. Sin embargo, queda por establecer cuál será el costo de la adaptación de ARSA a la nueva flota Airbus ya que después de 40 años de operacion de Boeing 737 es un cambio radical.
Sumado a todo lo anteriormente mencionado, que es lo que realmente importa en el acuerdo, el Grupo Marsans parece haberse hecho de las suyas, incluyendo en el acuerdo 2 ítems que son bastante irrisorios para la gente de Aerolíneas Argentinas - la continuidad de los códigos compartidos con Air Comet a Madrid y la ayuda o cooperación mutua en la capacitación de Tripulantes de Cabina y tripulaciones. Así, parece cerrarse un capítulo (y esperemos el final) en la historia de la transición de Aerolíneas Argentinas.
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